sábado, 6 de diciembre de 2008

Poemas de Horror Cósmico

Recientemente mientras leía una novela de H.P Lovecraft, me topé con unos poemas en una parte del libro (a veces no son muy largas sus historias y suelen completar con poemas u otras creaciones de Lovecraft al final). Estos poemas realmente no van dirigidos a personas normales, y es que a juzgar por el característico estilo de lovecraft que ahí mismo en el libro tanto como algunos escritores me han dicho que es "Horror Cósmico" y eso es por que va más allá de lo concebible por la raza humana ordinaria, vá a mencionar escenarios e horrores impresionantes que se encuentran ocultos u enterrados más allá de donde la débil capacidad mental de un humano común pueda entender en su totalidad, en rincones oscuros de la mente, de los sueños, de vastos campos y países oníricos donde reinan creaturas y dioses que habitan en la total negrura y olvido.

He aquí algunos poemas de H.P Lovecraft, dirigidos a quien guste de la poesía, ya que quien gusta de ella, y entiende lo profundo y lo significativo que resulta a nivel tanto conciente como inconciente sabrá comprender la mente que creó estos versos que van desde lo inconcebible hasta lo blasfemo.

EXPECTACIÓN

No sabría decir por qué agunas cosas me producen
una sensación de maravillas inexploradas por venir,
o de grieta en el muro del horizonte
que se abre a mundos donde sólo los dioses pueden vivir.

Es una expectación vaga, sin aliento,
como de pompas antiguas que recuerdo a medias,
o de aventuras salvajes, incorpóreas,
plenas de éxtasis y libres como un ensueño.

La encuentro en puestas del Sol y en extrañas agujas urbanas,
en viejos pueblos y bosques y cañadas brumosas,
en los vientos del Sur, en el mar, en collados y ciudades iluminadas,
en viejos jardines, en canciones entreoídas y en los fuegos de la Luna.

Pero aunque sólo por su encanto vale la pena vivir la vida
nadie alcanza ni adivina el don que insinúa.




VIENTOS ESTELARES

Es la hora de la penumbra crepuscular,
casi siempre en otoño, cuando el viento estelar se precipita
por las calles altas de la colina, que aunque desiertas
muestran ya luces tempranas en cómodas habitaciones.

Las hojas secas danzan con giros extraños y fantásticos,
y el humo de las chimeneas se arremolina con gracia etérea 
siguiendo las geometrías del espacio exterior,
mientras Fomahault se asoma por las brumas del Sur.

Ésta es la hora en que los poetas lunáticos saben 
que hongos brotan en Yugoth, y qué perfumes 
y matices de flores, desconocidos en nuestros pobres 
jardines terrestres, llenan los continentes de Nithon.

¡Pero por cada sueño que nos traen estos vientos 
nos arrebatan una docena de los nuestros!



OCEANUS

A veces me detengo en la orilla
donde las penas vierten sus flujos, 
y las aguas turbulentas suspiran y se quejan
de secretos que no se atreven a contar.

Desde las simas profundas de valles sin nombres,
y desde colinas y llanuras que ningún mortal conoce, 
la mística marejada y el hosco oleaje
sugieren como tramaturgos malditos
un millar de horrores, henchidos por el temor
que ya contemplaron épocas hace tiempo olvidadas.

¡Oh vientos salados que tristemente barréis
las desnudas regiones abisales;
¡oh! pálidas olas salvajes que recordáis
el caos que la tierra ha dejado tras de sí;
una sola cosa os pido:
¡Guardad por siempre oculto vuestro antiguo saber!



NOSTALGIA

Cada año, al resplandor melancólico del otoño,
los pájaros remontan el vuelo sobre un océano desierto,
trinando y gorjeando con prisa jubilosa
por llegar a una tierra que su memoria profunda conoce.

Grandes jardines colgantes donde se abren flores
de vivos colores, hileras de frutos de gusto delicioso
y arboledas que forman templos con ramas entrelazadas
sobre frescos senderos...todo esto les muestran sus 
vagos sueños.

Buscan en el mar vestigios de su antigua costa, 
y la alta ciudad blanca, erizada de torres...
Pero sólo las aguas vacías se extienden ante ellos,
así que alfin dan media vuelta una vez más.

Y mientras tanto, hundidas en un abismo infestado 
de extraños pólipos
las viejas torres añoran su canto perdido y añorado.


PAISAJE DE FONDO

Nunca he podido apegarme a las cosas nuevas y crudas, 
pues vi la primera luz en una ciudad antigua, 
donde los tejados apiñados decendían desde mi ventana 
hacia un puerto pintoresco, rico en visiones.

Calles con puertas cinceladas donde rayos del Sol poniente
bañaban viejos montantes de abanico y pequeñas
vidrieras,
y campanarios georgianos rematados con veletas doradas...

Tales fueron las vistas que moldearon mis sueños infantiles.

Estos tesoros, heredados de épocas de prudente fermento,
desdibujan la precencia de las débiles quimeras 
que se agutan en vana mudanza y con fe confusa y con fe confusa
entre los muros inmutables de la tierra y el cielo.

Cortan las cadenas del instante y me dejan libre
para erguirme solitario ante la eternidad.



Lovecraft siempre mantuvo un mundo maravilloso en sus obras, llenos de cosas inimaginables y eso es debido a que siempre estuvo en contacto directo con la soledad y el ensueño. ¿Qué tanto es capaz una persona de soñar, de crear, de vivir lo inimaginable y fantástico, de alejarse de una realidad patética y supérflua y adentrarse en esos juegos macabros que la mente humana es capaz de concebir bajo una inspiración maldita y blasfema de juzgar lo propuesto, la moral y valores, lo cotidiano y repetitivo?. ¿Acaso no somos más que polvo cósmico, creaturas insignificantes en un espacio dominado por entes superiores que ríen babeando acerca de nuestra existencia?

Esto es, adentrarse en la literatura de Lovecraft.


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